La semana pasada os contábamos algunas actividades de motricidad fina, ahora es el turno de la motricidad gruesa…
Gracias a ella los duendes desarrollan habilidades como el equilibrio, coordinación, agilidad y fuerza, que les permiten desarrollar destrezas como saltar, correr, trepar, andar en bici, y muchas cosas más.
A todo esto, sumémosle el factor psicomotor: no solo son capaces de ejecutar estas destrezas, sino que para llevarlas a cabo utilizando diferentes músculos ¡la mente y el cuerpo trabajan coordinadamente!
Y es que, aunque no lo creamos, es un logro importantísimo en la vida de nuestros duendes.