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Nuestro proyecto pedagógico

El proyecto pedagógico de nuestro centro está enmarcado dentro del proyecto curricular que establece la Ley Orgánica de Educación para el Primer Ciclo de Educación Infantil, respondiendo a las condiciones de calidad y equidad recogidas en la LOE,  tanto en lo que se refiere a las instalaciones, como a las titulaciones de los profesionales de atención directa a los niños y niñas.

El proceso educativo en la etapa de 0 a 3 años se diferencia de otros por localizarse en una fase esencial del desarrollo, que condiciona la calidad de aprendizajes posteriores. La Educación infantil se entiende hoy como uno de los periodos más trascendentales de la maduración y el logro de competencias básicas que permiten una evolución de la mayoría de las capacidades del ser humano.

Se trata de trabajar con un colectivo de edad muy temprana y con unas características muy especiales. Un centro dirigido a los niños y niñas[1] a partir de los 4  meses de edad hasta los 3 años debe partir de conocer estas características y peculiaridades:

  • Hasta los 2 años de los niños, es necesario atender al desarrollo del movimiento y el control corporal, a las primeras manifestaciones de la comunicación y del lenguaje, a las pautas elementales de convivencia y relación social y al descubrimiento del entorno inmediato.
  • A partir de los 2 años, debemos procurar que el niño aprenda a hacer uso del lenguaje, descubra las características físicas y sociales del medio en el que vive, elabore una imagen de sí mismo positiva y equilibrada, y adquiera los hábitos básicos de comportamiento que le permitan una elemental autonomía personal.

En este sentido la etapa de Educación Infantil constituye un tramo formativo que será referente esencial para el desarrollo. En ella, los niños se identificarán progresivamente como personas individuales, irán adquiriendo los instrumentos necesarios para actuar en su entorno inmediato, ajustarán de forma progresiva la imagen de sí mismos y ampliarán las relacio­nes con los iguales, que serán cada vez más significati­vas. Se producirá un avance importantísimo en el dominio del lenguaje oral, así como en la función de regulación y planifica­ción de la propia actividad.

El cumplimiento de tan ambiciosa tarea exige asumir compromisos de acuerdo con los principios de educación común y de atención a la diversidad del alumnado. Las administraciones educativas regulan el contenido curricular, siendo nuestra tarea desarrollar dichos contenidos y establecer una determinada organización de las enseñanzas.

Nuestro Proyecto Curricular desarrolla y contextualiza las prescripciones de la Administración, asumiendo como propios los objetivos generales de la etapa, los principios didácticos, las orientaciones sobre los contenidos de carácter común-transversal y los criterios para organizar la atención a la diversidad de los alumnos.

De igual modo, la apertura y flexibilidad del currículo supone una doble implicación: por una parte, debemos responder a la realidad de nuestro centro educativo y su contexto, y por otra, debemos ser flexibles en su aplicación y atender a la revisión permanente, ya que las realidades escolar y social no permanecen inmutables en el tiempo.

Desde un punto de vista general nuestra actuación diaria se basa en los siguientes principios de intervención educativa:

  • Se parte del nivel de desarrollo del alumno, en sus distintos aspectos, para construir, a partir de ahí, otros aprendizajes que favorezcan y mejoren dicho nivel de desarrollo.
  • Se subraya la necesidad de estimular el desarrollo de capacidades generales y de competencias básicas y específicas por medio del trabajo de las áreas.
  • Se da prioridad a la comprensión de los contenidos que se trabajan frente a su aprendizaje mecánico.
  • Se propician oportunidades para poner en práctica los nuevos conocimientos, de modo que el alumno pueda comprobar el interés y la utilidad de lo aprendido.
  • Se fomenta la reflexión personal sobre lo realizado y la elaboración de conclusiones con respecto a lo que se ha aprendido, de modo que el alumno pueda analizar su progreso respecto a sus conocimientos.

Todos estos principios tienen como finalidad que los alumnos sean, gradualmente, capaces de aprender de forma autónoma. Y es labor del equipo docente tenerlos presente en su tarea cotidiana.

Con todo ello, aprender a  aprender y, después aplicar lo aprendido a la vida cotidiana, es el eje de todo nuestro proyecto pedagógico.

Si quieres conocerlo en profundidad descarga “Nuestro proyecto pedagógico” en su totalidad.


[1] A lo largo del proyecto nos referiremos al colectivo de niños y niñas con el genérico niños para facilitar la lectura y su comprensión.