A cocinar tocan…
¿Quién no recuerda con una sonrisa la sensación de pringarse las manos, chupeterrearse los dedos o saborear esas miguitas que van quedando alrededor de los platos…?
Pues a nuestros duendes les pasó lo mismo… les pusimos el gorro de cocineros y empezamos a elaborar unas deliciosas “gelatinas con sorpresa”. Primero removimos el agua con los sobres de gelatina y ¡qué caritas al ver cómo el agua se convertía en roja y en verde! Después tocaba machacar las palomitas y… ahí llegó el momento. Había más dedos en la boca que en el plato, ¡no daban a basto,….!
No sabemos si después alguno llegó a comerse la gelatina o si acabó en el cubo de la basura, pero de lo que estamos seguras es de que lo pasaron genial.
Pronto repetiremos,… a ver qué se nos ocurre…